martes, 31 de mayo de 2011

Isla Taquile - Puno

En la isla de Taquile hay huellas del pasado, cuyos vestigios se observan en la parte alta. Fue ocupada en época pre Inca, posteriormente formó parte del Imperio Incaico, y fue así mismo una de las últimas localidades peruanas que capitularon frente a los españoles en el siglo XVI. Los españoles prohibieron la vestimenta tradicional incaica, por lo que los isleños tuvieron que adoptar la vestimenta campesina que hasta el día de hoy usan. La primera mención escrita de Taquile se encuentra en un documento de 1580, cuando la isla le fue adjudicada al español Pedro Gonzáles. Desde entonces la propiedad pasó por diversas manos, pero en 1937 sucedió un hecho singular. Los antiguos pobladores empezaron a comprar parcelas de terreno y durante los siguientes treinta años lo continuaron haciendo, hasta que finalmente la isla, luego de casi cuatro siglos, volvió por completo a sus antiguos dueños en la década de 1970. En la actualidad Taquile es una comunidad autónoma y funciona como un todo organizado.



La isla de Taquile es un rincón sociocultural único en el mundo. Las tradiciones y las costumbres de los pobladores no han cambiado por la incursión del turismo. En esta isla se interrelacionan la modernidad y el mundo tradicional de manera especial y extraordinaria. La riqueza más importante del lugar está conformada por sus pobladores quienes se caracterizan por su hospitalidad y carisma con los visitantes. Quien desee visitarla debe tomar una lancha en Puno y luego de casi cuatro horas de viaje desembarcar en un rústico puerto hecho a base de piedras de la misma isla. Tras subir una alta y empinada escalera de más de 500 peldaños una sencilla portada de piedra le da la bienvenida a una de las comunidades más singulares del Perú. Desde aquí se puede observar casi la totalidad de la isla y gran parte de los dominios del lago, es la mejor vista en toda la ruta lacustre. En las aguas que rodean Taquile, crecen las cañas de totora y en las laderas, la gramínea conocida como ichu que sirve tanto para el alimento de las ovejas como para confeccionar los techos de las casas.



La sociedad taquileña está basada en el trabajo colectivo y en el código moral Inca "ama sua, ama llulla, ama qhella" (no robarás, no mentirás y no serás perezoso). Es un ejemplo de organización social y de trabajo comunitario. Actualmente su economía se basa principalmente en el turismo, recibe anualmente 40,000 turistas. Los taquileños son especialmente conocidos por sus tejidos, los que se encuentran dentro de la más fina artesanía peruana. Cabe resaltar que el hilado y el tejido son hechos principalmente por hombres. Un hecho curioso es que dentro de la isla no habita ningún perro ni tampoco hay la presencia de policía porque no se cometen delitos; tampoco vehículos porque los caminos son sólo peatonales, y la presencia de las autoridades estatales es casi invisible. Cuando se presentan problemas, éstos se solucionan en las asambleas de los domingos. También las costumbres consuetudinarias rigen otros aspectos de sus vidas: los matrimonios, las fiestas, los ritos agrícolas, el sistema de ayuda mutua. No obstante, los taquileños no son impermeables a los avances de la modernidad: cuentan con escuelas, emplean lanchas a motor, panales fotovoltaicos para generar electricidad y últimamente es posible hacer llamadas telefónicas desde la isla.



La isla de Taquile se ubica en la bahía de Chuchito, a 35 km., al este de la ciudad de Puno. Por encontrase en una zona alto andina, la temperatura máxima es de 19ºC y la mínima de 3ºC. El clima en la región andina es frío y seco, con una estación lluviosa de cuatro meses de duración. 

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