miércoles, 14 de abril de 2010

Turismo Místico en Puno

La Ceremonia de ofrenda a la Madre Tierra, es un rito inca, que perdura aun entre los pobladores de Puno, y se hace en señal de retribución y reverencia por las cosechas y el alimento que brinda a su gente y animales. A tres horas en lancha, desde Puno se llega a la isla de Amantani. Esta visita les permitirá conocer las costumbres y convivir con los pobladores, será una experiencia en la que usted no será un observado sino podrá integrarse con los lugareños y tener una experiencia mística en sus centros ceremoniales, como Pachatata, lugar sagrado de la montaña en el cual se depositan las ofrendas rituales una vez al año, o Pachamama es el lugar donde se practica las ceremonias rituales a las deidades cósmicas y el culto a los dioses tutelares para vivir en armonía con la naturaleza, fuente de felicidad y prosperidad del mundo.


Así mismo la palabra coca, que proviene del vocablo aymara q’oka que significa alimento para los trabajadores, por miles de años ha sido un elemento fundamental en la vida cotidiana y los rituales religiosos de muchas de las culturas indígenas de Sudamérica. Hasta el día de hoy en la isla de Taquile es aun costumbre usar la coca para adivinar y ver lo que pasará en el futuro. El chaman pregunta el nombre del visitante y el motivo de su visita, después se dirige en una oración a sus espíritus protectores (Apus) de los cerros; y levanta tres hojas de coca y sopla en dirección a las montañas mencionadas en su oración, luego arroja un puñado de coca sobre un paño de colores (unkuña) y observa con detenimiento la posición en la que han caído las hojas y así comienza un dialogo entre el adivinador y el visitante.



El cañon del Tinajani Ubicado a 3,953 m.s.n.m, en el distrito de Ayaviri, provincia de Melgar, se compone de formaciones rocosas y afloramientos con diversas formas y figuras, murallones de piedra rojiza, que en su conjunto tienen formas de edificios, figuras humanas, figuras de animales y objetos, con alturas de más de 100 metros, al inicio se ven formaciones muy altas a manera de estatuas vigilantes, luego, siguiendo por un lado del cañón en la parte alta se puede ver la llamada tinaja de forma circular hasta donde llega y cae el agua de un pequeño río, en 04 tramos produciendo singulares sonidos con el viento, por lo cual se han tejido variadas e interesantes historias y leyendas, es además un lugar magnético cargado de energía positiva, adecuado para el turismo esotérico. En los alrededores de las formaciones en la parte baja a flor de tierra se encuentran pequeñas chullpas de barro de hasta 1.20 m de altura, donde culturas preincas enterraban a sus muertos, esta zona es llamada qaqallanku. Cada año a fines del mes de junio (día 29) se realiza el festival de arte folclórico tinajani, con participación de artistas de Puno, Cusco, Bolivia y otros, organizado por la Municipalidad Provincial de Melgar.



Desde la antigüedad ha existido en la mitología andina, y sigue existiendo aún, la creencia en los achachilas, o sea la de considerar a !as montañas, cerros, cuevas, ríos, y efigies como los antepasados creadores de la vida de cada pueblo. De todos los Achachilas destacan el Lago Titicaca, el Azoguini, el kancharani, el Huayna Roque en Juliaca, el Kolqueparque en Ayaviri. Se decia que el Achachila de los Uros era el limo del lago Titicaca. Según la leyenda estos antiguos pobladores brotaron del contacto del sol con el légamo, y que por eso eran despreciables, de poco entendimiento, ásperos, que vivían en balsas de totora, contemplando constantemente desde la superficie de las aguas a su Achachila progenitor. Sin embargo estos mitos, leyendas o creencia perduran en el altiplano. El andino, cuando de alguna altura llega a divisar el lago sagrado, se llena de alborozo e inmediatamente se descubre la cabeza, y con el mayor fervor le saluda implorándole su protección con los brazos levantados y la palma de las manos abiertas, en actitud profundamente religiosa. Así mismo en los días de la Semana Santa grupos de indígenas ascienden a las escarpadas laderas de los Apus (montañas sagradas o cerros "Calvario'), guiados por un "Yatiri" o adivino, y homenajean a la montaña, también interviene el curandero, al que se le llama "Callahuaya", es quien ayuda en los ritos de adoración a la montaña, a la cual le pide que sane enfermos, que ayude en los trabajos y opere milagros, por medio de sahumerios diversos y alterantes, seguidos a veces de breves cantos mezclados con movimientos de marcha o pantomimas que remataban en lamentaciones.



Lo cierto es que hace más de 500 años, son realizados estos ritos por los Yatiris y Callahuayas, y cada día son más los adeptos al turismo místico, sin embargo las terapias alternativas, ofrecidas por puno, son tan insólitas para el mundo occidental que aun escapan a su logística. Para los que quieran conocer los profundos misterios del hombre andino, algunas agencias especializadas les podrán ofrecer la oportunidad de visitar estos lugares donde se entrelaza una comunicación entre la naturaleza, el origen mágico, los chamanes y el visitante.

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